He conocido a personas con uniformes de cercanos y de solidarios y actos de egoísta y de egocéntricos, he conocido a personas con uniformes de agrios y distantes y eran personas generosas y acogedoras. He conocido a personas con uniformes de lucidas y comprometidas y eran personas oscuras y solo implicadas e interesadas. He conocido a personas que transmitían desconfianza, que parecían interesadas y eran personas generosas y desinteresadas. Son los actos los que dicen como somos, ni las etiquetas, ni las palabras. Los hechos hablan de las personas.
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