Aquellas personas que tienen
responsabilidad sobre la vida de otras personas, sean estas de carácter social,
económico, político, sindical, eclesiástico de todo orden, porque nadie es un mandado,
todos tenemos responsabilidad sobre la vida de los demás, todos estamos
obligados a no tener proyecto propio, sino a hacer que esas personas que
tenemos a nuestro lado puedan hacer realidad sus sueños
sábado, 3 de octubre de 2015
LA CIUDAD DE LA ALEGRÍA
Curiosamente, en nombre del progreso
y de la solidaridad se nos quiere hacer creer, que quitar fiestas, anular
alumbrados, quitar damas y quitar ninfas de carnaval, quitar alumbrados,
limitar la Semana Santa, anular ese
largo ecta., que oculta una mirada triste, apesadumbrada de la vida, donde no
se entiende que la fiesta y la alegría es indispensable al ser humano, tanto o
más que respirar y comer.
Las dificultades, la pobreza, las limitaciones
económicas y sociales, no nos pueden privar de la alegría comunitaria de
compartir espacios comunes para divertirnos y conocernos. Porque las dificultades,
los problemas no se resuelven en gris, si no a color, porque la alegría se
comunica de unos a otros no se compra ni se vende y la fiesta es la excusa
perfecta para salir de uno mismo e ir al encuentro de otras personas, ahí está
la alegría
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