Una vez llegado donde hemos llegado, donde el periodismo esta donde siempre, o sea o comprado, o perseguido, o humillado, o no respetado o dirigido.
Hay que decir a aquellos que quieren ejercer un periodismo autentico, que este se hace desde el silencio del periodista, siendo la voz de lo que ocurre sin opiniones, ni dejar que se utilice la pluma del periodista, la voz del periodista, para otra cosa que no sea sobre su silencio la voz de lo que ocurre. Nunca ha existido más medios ni posibilidades que hoy para ser libres y nunca ha habido más cadenas que hoy sobre la palabra. Silencio para que se oiga lo que no se quiere oír.
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