Situaciones
como la catalana no es nada más que un botón de muestra de lo que ocurre cuando
miramos para otro lado. Los responsables políticos de los últimos cuarenta años
de uno y otro lado han sido incapaces de crear un espacio de convivencia en paz
y respetuoso de unos con otros. No nos hemos creído de verdad que la diversidad
es una riqueza. Un grave error de convivencia, de integración .
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