El político
no está para brillar, tampoco para hacer realidad su proyecto político.
La vocación
política es aquella que trabaja para servir y dejar que brillen las estrellas,
es como una noche de verano, que miramos al cielo despejado y vemos brillar a
todas las estrellas, se pueden ver porque un manto oscuro que está detrás lo
permite. Esa es la vocación política, abrir puertas, pero no cruzarlas.
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