La economía andaluza está intervenida en un 55%, una economía política, donde para poder desarrollarte dependes de lo que te quieran dar los que ocupan las administraciones publicas. Poca esperanza, poco futuro tiene una sociedad que pone vallas al campo de la iniciativa personal, que confunde la puerta del trabajado y de su dignidad con la puerta de las ayudas sociales. Las personas no queremos ayuda, sino ayudarnos, la mayor de las pobrezas es negarme como persona el poder dar algo de mí mismo a los demás.
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