Las categorías mentales, rayan las relaciones humanas, no somos hijos únicos y sin embargo nuestros actos delatan este sentimiento constantemente dentro de nosotros, nadie es mayor que nadie y sin embargo nuestros actos van siempre en la dirección contraria en remarcar nuestras diferencias. Ser clasistas es una enfermedad que está muy dentro de todos, ser excluyente es práctica constante en nuestras relaciones diarias. Los de mayor cuantía, por categorías profesionales, por nomina, por tipo de trabajo que desempeñamos, por el barrio donde vivimos por nuestro sexo. El caso es ser de mayor o menor cuantía. Sin embargo para ser felices todos nos necesitamos unos a otros.
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