Todos los seres humanos tenemos mil
caras, tantas como las hojas de una cebolla, sin embargo solo queremos cultivar
y enseñar una sola, si cultiváramos y expusiéramos más nuestras mil caras
seriamos más imperfectos, y reconocer nuestras imperfecciones nos haría más
tolerantes y menos soberbios
No hay comentarios:
Publicar un comentario