La crisis política de
Italia, es para pensar, lo mismo pasa en un país que en un pueblecito. Que un hombre o una mujer hecho/a y derecho, con ideas propias, que dice
que es ministro, ni más ni menos de un país, puede ser concejal de un pueblo,
esté sometido a los vaivenes e intereses de un señor o de una señora, no deja
de ser aberrante.
En el parlamento te multan si no votas lo que dice la dirección
del partido, si no eres obediente te hacen la vida imposible y terminas en la
calle y encima dicen que te has ido.
Sin lugar a dudas queda mucho por andar,
para que el político lo ponga y lo quite los votantes. Son urgentes las listas abiertas,
por el bien de Italia, digo yo.
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