Vivimos como islas, muchas gentes juntas, grandes eventos, una simple fiesta familiar, todo vale para hacernos islas, separados unos de otros, ¡hay que practicar la acogida¡
¿Y quién será el acogedor? Aquel, aquella persona que renunciando a si mismo sirve de puente entre unos y otros, pero cuando no está ¿no sientes el frio? La falta de razones para quedarte en ese lugar. Ayudar a conocernos unos a otros, crear la magia de las relaciones humanas, luchar contra la ignorancia entre personas, te puede costar la vida practicarlo, pero merece la pena.
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